EUROPA
PRESS
19 marzo
2020
Ácido
hialurónico ¿qué es y para qué se utiliza?
La Sociedad Española de Medicina
Estética (SEME) denunciaba recientemente ante la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios la existencia de nuevos formatos de ácido
hialurónico y cursos para utilizarlo por personas sin una cualificación médica,
pudiendo poner en grave peligro la salud de los pacientes.
El Ministerio de Sanidad, por su parte, señalaba en este
sentido que el ácido hialurónico debe ser infiltrado por un médico y en un
establecimiento que cuente con los recursos humanos, medios técnicos y
materiales que permitan hacer frente a sus posibles efectos adversos, aparte de
que el centro cuente con licencia para la realización de medicina estética.
En concreto, los tratamientos con ácido hialurónico y la
aplicación de toxina botulínica suponen, según recuerda en una entrevista con Infosalus el colaborador clínico y docente de la Fundación
Española de Medicina Estética y Longevidad (FEME), el doctor Agustín de la
Quintana, los tratamientos más demandados en medicina estética.
En este sentido, el también miembro de la SEME explica que
el ácido hialurónico es un componente "normal y muy abundante" de la
dermis cutánea, involucrado en la formación y el soporte de los tejidos que
contienen tejido conectivo o sinovial (tejidos con alta concentración de
colágeno). "Con el proceso de envejecimiento aumenta la relación entre su
degradación y reposición, por lo que a mayores edades, la concentración del
mismo va disminuyendo de manera progresiva", subraya el también secretario
de la Sociedad Española de Ginecoestética y Cirugía
Íntima (SEGECI).
De la Quintana sostiene que, al ser un componente habitual
de la dermis y tener la ventaja de que su molécula es idéntica en todo ser vivo
que lo posee, ha sido fácil su replicación, por lo que en la actualidad se
puede producir a nivel artificial de una forma "asequible".
En este punto, el experto señala que hay diferentes subtipos
de ácido hialurónico. "En cualquiera de sus presentaciones, el ácido
hialurónico tiene la propiedad de retener gran cantidad de agua, favoreciendo
así la hidratación de la zona donde es implantado. Pero a partir de aquí,
comienzan las diferencias entre los diferentes subtipos", sostiene.
Así, menciona que el ácido hialurónico exclusivo para
hidratación es "no reticulado" o "amorfo", mientras que el
resto de subtipos tendrán una reticulación mayor o menor. "Esta propiedad
determina la dureza o resistencia a la tracción, y la maleabilidad o deformabilidad del producto. Así utilizaremos un producto
duro si queremos dar soporte a estructuras que se van descolgando y lo
colocaremos en planos muy profundos anatómicos. Mientras, se emplean productos
maleables si nuestro objetivo es generar volumen (por ejemplo aumentar el
volumen de unos labios), pero al mismo tiempo tenemos que dar una determinada
forma al resultado", aprecia el experto.
Además de esta clasificación en cuanto a la dureza, el a su
vez director médico de la Clínica Kaliany (Alcalá de
Henares, Madrid) indica que también se puede distinguir una clasificación en
ácidos hialurónicos faciales y corporales, con las
siguientes indicaciones (las más habituales):
·
A nivel facial: Se emplea para el relleno de labios y de
ojeras; para el soporte de pómulo; para una disminución del surco nasogeniano (del ala nasal a la comisura de los labios);
para el tratamiento de arrugas finas alrededor de la boca, o en la zona de la
pata de gallo, por ejemplo; para la recuperación del óvalo facial o la
remodelación del pómulo; así como para el tratamiento de las cicatrices
atróficas, entre otras aplicaciones.
·
A nivel corporal: El ácido hialurónico puede emplearse para
la elevación de glúteos; para la hidratación del escote; o en el relleno de
depresiones de celulitis, por ejemplo.
Sobre cuánto dura el efecto del ácido hialurónico que se
inyecta, el doctor De la Quintana afirma que no se puede hablar de esta
sustancia a nivel general, ya que existen numerosos tipos distintos, por lo que
su duración vendrá determinada por el tipo que se utilice, pero además de este
factor habrá que tener en cuenta otros: "El plano anatómico donde se
implante, a mayor profundidad mayor duración; la calidad del producto, hay
productos más baratos pero su duración es menor. La velocidad de degradación en
cada persona es diferente, por lo tanto un mismo producto puede tener diferente
duración en dos pacientes distintos".
Existe, además, un factor subjetivo, según indica el
colaborador de FEME, y es que el ácido hialurónico se coloca y adquiere su
resultado final en unos pocos días; mientras que su degradación se va
produciendo poco a poco a lo largo de meses y, aunque al nivel del tejido
todavía quede implante, al enfrentarnos cada día al espejo, cada persona tiene
una diferente percepción de su imagen. "Es decir, subjetivamente también
se determina la duración del producto aunque éste se encuentre todavía en la
piel", mantiene el especialista en Medicina Estética.
Cuidado con sus
efectos adversos
Eso sí, el doctor De la Quintana advierte de que la
aplicación de ácido hialurónico puede presentar efectos adversos y entre los
inmediatos menciona:
·
Tras la inyección pueden producirse reacciones inflamatorias
(enrojecimiento y edema), picazón y dolor con presión. La reacción puede
persistir hasta unas horas, días, o en algunos casos una semana.
·
Edema (hinchazón de la piel) que puede durar unos días.
·
Equímosis o hematoma en el área
inyectada.
·
Pápulas (pequeños bultos) de tipo acné que pueden aparecer
inmediatamente después de la inyección Estos desaparecen en un plazo de 2
semanas aproximadamente.
Entre los efectos secundarios adversos tardíos estarían:
·
Endurecimiento con formación de nódulos en el punto de la
inyección.
·
Granulomas (nódulos profundos). "Este efecto, junto con
el del punto anterior, son reacciones del organismo frente a un cuerpo extraño,
más raras cuanto más purificado es el producto, por lo que es recomendable el
uso de productos de alta fiabilidad", remarca el especialista.
·
Necrosis superficial. "Se produce por la compresión o
infiltración dentro de una arteria de producto, y es debido a una mala técnica
de implante o al desconocimiento de la anatomía de la zona a infiltrar, por lo
que es conveniente que estas técnicas sean siempre realizadas por personal
cualificado y correctamente entrenado", destaca el doctor De la Quintana.
Aunque se trate de un producto que se encuentra presente en
nuestro organismo, puede presentar diferentes reacciones, más frecuentes en:
Personas con enfermedades autoinmunes o con quimioterapia; cuando hay otros
productos permanentes en la misma zona; no debe utilizarse durante el embarazo
o en periodo de lactancia; no utilizar en aumentos de mama, tendones o
ligamentos; en el área periorbitaria (párpados); en
pacientes con cicatrices hipertróficas y queloides o
trastornos de coagulación; en personas con hipersensibilidad (alergia) al ácido
hialurónico; y en quienes presentan infecciones o inflamación en el área a
tratar.